Según la Real Academia de la Lengua, portillo es un sustantivo con varias acepciones. Casi todas cuadrarían en este caso. Es un paso, es una entrada y salida, es un camino angosto entre dos alturas… El Portillo, topónimo muy descriptivo, era uno de los parajes donde se situaban más tenadas, es decir, majadas de ovejas. Había una quincena y aún se conservan varias en buen estado. Otro paraje que también contaba con muchas, era el de Valdegalino. La mayoría de vecinos tenía su rebaño de churras y ojaladas. En el pasado también hubo merinas, según documentación de los siglos XV y XVI y hasta principios del siglo XX se usaban, delimitaban y respetaban, las cañadas, en realidad, ramales de la Cañada Real Soriana Occidental . La oveja era uno de los elementos básicos de la economía: carne, lana y estiércol para abono de los cereales. Las ovejas se esquilaban durante el mes de junio y el día del esquileo era una auténtica fiesta. A quien pasaba por el lugar se le invitaba a pastas, anís, algún trago de vino en bota y moscatel.