Un palomar es un edificio que alberga palomas, que era uno de los sustentos de las casas. En Cuevas de Ayllón llegó a haber casi una treintena, diseminados por el campo que rodea las inmediaciones del pueblo, tanto en la margen derecha del río como en la izquierda. Por suerte, aún se conservan varios. Sus formas eran y son variadas pero predomina el cilíndrico, cuando está aislado en el campo porque los adosados a la roca, en las cercanías del río o en lo alto del Barranco, son diferentes. Todos ellos son edificios singulares, que dan vistosidad y habría que intentar por todos los medios que siguieran perviviendo. Asimismo, en función de la geometría del edificio, aparece un tipo de tejado u otro, bien a una vertiente o bien con forma de opérculo del fruto de la amapola. Actualmente, hay una decena en perfecto estado de conservación. Había gran cantidad de palomas y predominaban la bravía y la zurita. La gente les echaba comida y les ponía agua en el palomar para asegurarse la mayor cantidad de pichones, crías que luego se guisaban. También se aprovechaban sus excrementos, llamados palomina, como abono de calidad en los huertos. Llegó a haber tal cantidad, que incluso hubo decretos de control, como la Real Orden de 1754 del Intendente General de Segovia que envió a todos los pueblos y que, entre otras cosas, decía: Las repetidas y noticias experiencias de los daños y perjuicios que caussan las palomas en los tiempos de las sementeras y continuadas quejas de los Pueblos y labradores han obligado al Consejo, en distintos tiempos, a dar las providencias más oportunas para sus remedios, teniendo acordado por punto general se las puedan tirar y matar libremente a qualesquier distancia y sin pena alguna, encontrándolas en los sembrados por el tiempo de ellos, especialmente en los meses de octubre y noviembre, pero sin poderse valer ni usar de redes, armadijos y otros artificios para matarlas. Y enterado ahora su Majestad de su total inobediencia y que cada día son mayores los daños y perjuicios expresados, por lo que se han aumentado los palomares y por la omisión y contemplación de las Justicias a sus dueños con su inevitable zelo al bien público y el notorio amor a sus vasallos, me ha mandado que, por ahora y sin perjuicio de tomar otras providencias mayores, zele sobre el puntual cumplimiento de la ya expresada del Consejo, dando las órdenes necesarias a tan importante fin…